Biografía
Italia 1962 – 1967
1962
"En la segunda mitad del 62 me traslado a Florencia, emancipándome de la protección familiar. Me inscribo en la Academia de Bellas Artes y frecuento los cursos de pintura, posando como modelo de diversos artistas.
“Me inicié pintando en la tierra de mis abuelos a los 24 años con las viejas naturalezas muertas de botellas de vidrio con frascos mutilados sobre terciopelos morados. Después llegaron en nubes las modelos desnudas, viejas y gordas, que mantenían congelada la pose por días y a veces por meses; tenían un aspecto cansado y triste.”
“Me crecían alas y vagaba por los museos, por la Galería degli Uffizzi, mi lugar predilecto, los altares dorados del Giotto y del Cimabue, las Anunciaciones y la Adoración de los Reyes Magos.”
“En la Academia de Bellas Artes florentina conocí a Inés Osella, una argentina con quien tomamos clases privadas con Augusto Zoboli, pintor romántico de la vieja escuela de arte, dueño de recetas y trucos admirables del virtuosismo técnico; trabajamos un año con él.”
“Una radiante mañana de primavera, junto al maestro Zoboli tomamos el antiguo camino a Siena. ¡No me importa cuántos artistas antes hayan pintado un paisaje toscano! ¡Ahora es mi turno y me siento feliz! retratando entre vidas atormentadas y olivos de plata, la nota grave de un melancólico ciprés.”
1963
Conozco a John Anderson, artista canadiense y juntos hacemos un viaje a la búsqueda de la Antigüedad Clásica (Grecia, Magna Grecia y Constantinopolis).
1964
Continúo frecuentando la Academia de Florencia, y, en el verano vuelvo en Chile para hacer mi primera muestra de dibujo y acuarela en el Instituto Chileno-Italiano de Cultura de Santiago.
En otoño asisto como representante de los allievi extranjeros de la Academia de Florencia al Convenio Nacional de la Academia en Roma; aquí conozco a la escultora Silvia Castelnuovo, con la cual haré un viaje a Israel.
1965
Comienzo a estudiar grabado con el profesor Margheri, técnica que me interesa particularmente.
En la primavera conozco a Susan Stevenson que enseña historia del arte en la Escuela Americana de Bellosguardo.
En diciembre, primer viaje a Estados Unidos.
“Por Susan sentí inmediatamente simpatía y entendimiento, por su amable sonrisa, sus gestos corporales. Es una rubia natural de ojos azules claros y facciones finas, descendiente de ingleses y alemanes.
Desde hacía un año Susan enseñaba Historia del Arte en el exclusivo College de “Villa Mercedes', un enclave educacional norteamericano en medio de las colinas de Bellosguardo, que acoge en una antigua y señorial villa toscana a chicas “difíciles emotivamente”.
Pierdo un hijo de Susan.
1966
Recibo el Diploma de la Academia de Florencia en Pintura y Grabado.
En Septiembre me caso con Susan Stevenson, hija del agente de Bolsa de Wall Street, Walter J. Stevenson y de Virginia Vogt en la Capilla de la Universidad de Princeton, N.J
“En marzo, una noche de lluvia recibo un llamado de Princeton en que Susan me comunica que está encinta de tres meses. Debemos tomar una decisión al respecto ¡pronto! Esta serie de llamados me apremiaban por una resolución, sus padres sostenían que no era el momento más adecuado para un hijo. Yo insistía en lo contrario, feliz con la idea de ser padre a los 28, explicándole que en tres meses estaría diplomado y a cargo. Luego vino el aborto y la boda.
“La boda fue una obra maestra de mi suegra, toda la mansión fue decorada en blanco y verde nilo desde la carpa enorme que instaló en el jardín, a los vestidos y adornos del séquito nupcial. Al centro de la carpa una pista de baile estupenda y una orquesta tocaba temas de los cuarenta imitando a las grandes bandas los años de gloria de Walker y Virginia; cuando eran novios él estaba enrolado en el Pacífico y ella realizaba labores a favor de los soldados. Al extremo, enormes calderones consumían llamas eternas de felicidad. Entre las mesas redondas y las flores blancas colgaban guirnaldas de las que caían pétalos blancos sobre la gran concurrencia que asistió a la boda, como Ángel y Hada de un cuento de fantasías escandinavas, bailamos y bailamos… Algunos terminaron ebrios y muy agresivos porque les robé “la novia de América”. Sonó y sonó la banda de los años cuarenta, la mayor sensación de Vírginia en las pistas. A ella le encantaba verme bailar, incluso Andy lo diría repetidamente unos meses más tarde.
“Mis suegros y sus amigos se entrometieron en nuestras vidas aniquilando el futuro nacimiento de mi hija, bonita e inteligente como me dijo una vez una gran bruja. A pesar del tema, tiempos después partimos en el auto prestado por una tía, del que colgaban cantidad de sonoros tarros al motel más cercano. Estábamos ambos rendidos y ebrios y a la mañana siguiente continuamos camino a la isla de Nantucket, en Massachusetts donde penaba Moby Dick y toda su tripulación de bravos marinos con los arpones listos sobre la blanca ballena, en la neblina espesa del otoño, alrededor del corredor de las viudas en las viejas construcciones del puerto. Empezaron en mi mente a tomar posición los personajes de un mimodrama. Ya habían comenzado los dolores de Aliviol, me estaba convirtiendo en Estrellita.”
En Octubre viajamos a Italia y en Noviembre el ‘diluvio’ nos sorprende en Florencia.
“Volvimos a Florencia gracias a la venta de mis monotipos, inspirados al estilo etrusco, caballeros y caballos, héroes y diosas de la mitología de los viejos toscanos, serían destinados a pagar otro viaje a Florencia, con cajas y baúles. Allí pensábamos radicarnos por un largo tiempo, lejos de su madre. Ella era demasiado intensa para una Susan idealista y soñadora, que existía en Florencia de otra manera, sin tutelas se relajaba y creía ser una princesa del Renacimiento con una historia truculenta. Soñábamos personajes imaginarios”.
En Diciembre parto a Chile para ayudar a mi padre enfermo de cáncer. En 1967 muere mi padre en Santiago.
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